Medio Ambiente, Pueblos Indígenas y modelo de desarrollo en el imaginario cruceño



Después del conflicto por el TIPNIS, en el que se enfrentaron dos visiones de desarrollo —una, que apunta al progreso económico a toda costa, con carretera a través del Parque Nacional y Territorio Indigena de por medio; y otra, que apuesta por aprovechar los recursos naturales, preservando el medioambiente—, se produce en Santa Cruz y en el país el reposicionamiento de este debate que en la actualidad se da a nivel global. ¿Qué tan consientes somos los cruceños acerca de la preservación del medioambiente y la necesidad de lograr un modelo de desarrollo sostenible? ¿Qué dejó el conflicto por el TIPNIS en el imaginario cruceño? ¿Qué percepciones tenemos acerca de los desafíos que nos tocan en cuanto a mitigación de los impactos ambientales de nuestro modelo productivo, quiénes son los principales protagonistas y cuáles son las principales dificultades a encararse?


En este cuarto número, Mojón21 se lanza a la tarea de indagar estos aspectos que hacen a la construcción de una sociedad posible, sana, responsable y capaz de permitir que nuestros hijos todavía conozcan el vasto color verde que habita, hasta ahora, bajo el cielo cruceño. Las encuestas aplicadas fueron de carácter probabilístico con un margen de error del 5% y un nivel confiabilidad del 95%. Universo: ciudadanos mayores de edad de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.Tamaño de la muestra: 385 encuestas.








El ciudadano y el medioambiente


La primera línea de base fue establecer qué tanto les importa a los habitantes de la capital cruceña la preservación del medio ambiente, al menos en su intencionalidad. Entre interesados y muy interesados existe una sumatoria del 85%. Si bien el resultado es contundente, en la vida cotidiana esto todavía no logra ser verificado en las prácticas y hábitos de los cruceños. Basta constatar que la ciudadanía, casi en su totalidad, dispone la basura para su respectivo recojo en bolsas negras donde los residuos se acopian sin ningún tipo de discriminación.




Para el 79% de los habitantes de la capital cruceña, el principal problema medioambiental tiene que ver con la higiene y tratamiento de los desechos. Este importantísimo 79% se distribuye de la siguiente manera y en los siguientes tópicos: la contaminación de los canales de drenaje, 45%; el mal manejo de la basura, 25%; y la suciedad en los mercados, 9%, éstos son problemas que tienen como común denominador el mal tratamiento de los residuos. La suciedad es, evidentemente, el problema más acuciante y sentido por los habitantes urbanos de Santa Cruz de la Sierra (Cuadro 2).





Frente a esta situación, ¿qué hacen los cruceños? Las respuestas acerca de cómo contribuye la población a cuidar el medioambiente son sorprendentes y, de alguna manera, reflejan más buenas intenciones que conductas reales. Si bien es cierto que existe conocimiento sobre el programa de clasifi cacion de basura discriminando residuos orgánicos e inorgánicos promovido recientemente por el municipio, un breve recorrido por las calles de Santa Cruz evidencia empíricamente que la ciudadanía cruceña aun no ha asumido un verdadero compromiso con esta práctica. En una calle cualquiera de la ciudad no se constata que siquiera el 45% de las bolsas de basura existentes contengan residuos diferenciados unos de otros. Esto cuestiona también el dato de que una cuarta parte de los cruceños reciclen los plásticos y vidrios que desechan.


Los chaqueos y las quemas son las prácticas identificadas con mayor claridad por la población cruceña como las que mayor impacto ambiental generan: 41%. Esto es así porque cada año la ciudad se llena estacionalmente con el humo generado por las quemas e incendios provocados en las áreas rurales. La contaminación de los ríos, 22%, y la deforestación, 18%, son los otros dos problemas señalados y también tienen que ver con la actividad agropecuaria y el actual modelo de desarrollo vigente en el departamento.








¿A quiénes se considera como los protagonistas del daño ambiental que se da tanto en la ciudad como en el departamento? Se encontró que la mayoría de la población, un 58%, se asume tanto víctima como causante de los problemas existentes. Las diversas industrias y otros sectores productivos son identificados como las otras fuentes de afectación al medioambiente.







 
 Siguiendo a lo anterior, los cruceños encuentran que quienes están llamados a dar respuestas a la problemática del medioambiente son, en una gran medida, todos quienes habitan el departamento. Se verifica que existe una conciencia clara de que el tema involucra a todos. Sin embargo, se constata que lo estatal, en diversas instancias, se considera actor clave en el logro de los remedios necesarios. La producción agroindustrial sigue siendo considerada como uno de los actores principales tanto en responsabilidades como en soluciones.



En lo que hace a la percepción sobre el modelo de desarrollo cruceño, la posición mayoritaria es que se debe lograr equilibrio entre crecimiento económico y sostenibilidad ambiental; un 73% de los cruceños apuesta por esto. Las posiciones extremas, tanto de desarrollismos como de ecologismos radicales, representan visiones relativamente minoritarias. El equilibrio entre medioambiente y desarrollo económico es el reto que enfrentan quienes toman decisiones tanto en esferas públicas como privadas de la Bolivia del Siglo XXI.

La mayoría de los cruceños dispone su basura sin separar los residuos orgánicos de los inorgánicos. Más de la mitad de la basura doméstica, en peso, es materia orgánica. De ahí la importancia de disponer de una bolsa específica para ella.


Si bien mayoritariamente los cruceños consideran importante el cuidado del medioambiente, esta preocupación refleja más buenas intenciones que conductas reales; sin embargo, la suciedad preocupa notablemente a los habitantes de Santa Cruz.



Reforzando lo anterior, el 99% de los encuestados considera que la preservación de las áreas protegidas, reservas forestales y parques nacionales es muy importante (68%) e importante (31%), lo que en definitiva indica la inclinación y adhesión hacía discursos, políticas y acciones que estén encaminadas hacia la protección del medioambiente y los recursos naturales renovables del departamento. 





De los resultados se evidencia que las Reservas Forestales y Parques Nacionales más mencionados son aquellos con mayor nivel de mediatización, mayor presencia en los medios de comunicación y que figuran de una u otra manera en la agenda política regional y nacional. Es el caso del Amboró, Noel Kempf, El Choré y TIPNIS (vale la pena aclarar que éste último se encuentra ubicado en el departamento del Beni y no así en Santa Cruz). Por último, cabe resaltar que un considerable 31,2% desconoce los parques, reservas naturales y áreas protegidas existentes en el departamento (Cuadro 9).

La población cruceña identifica los chaqueos y las quemas como las principales amenazas medioambientales del departamento, junto con las actividades agroindustriales propias del modelo económico y de desarrollo imperante en Santa Cruz.



La ciudadanía reconoce la importancia de la protección del medioambiente y los recursos naturales renovables del departamento, por lo que los cruceños se inclinan por un equilibrio entre crecimiento económico y crecimiento con sostenibilidad ambiental.




Un poco más de la mitad de los cruceños saben qué pueblos indígena-originarios existen en Santa Cruz. Los más nombrados son ayoreos y chiquitanos, seguidos por guarayos, guaraníes, mojeños y chiriguanos. Sorpresivamente, el 48% de los habitantes de la capital cruceña dice desconocer a cualquiera de éstas etnias, ignorando que el departamento de Santa Cruz de la Sierra se fundó en sus territorios.






Lo que la Marcha por el TIPNIS nos dejó

El 15 de Agosto partió hacia la ciudad de La Paz la VIII Marcha Indígena de los pueblos del oriente boliviano en defensa del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS). Luego de una larga caminata, que incluyó una dura represión en la región de Yucumo contra los marchistas por parte del gobierno, el 19 de octubre, los caminantes de las tierras bajas ingresaron victoriosos en la sede de gobierno. La principal demanda era que no se realice la construcción de un tramo de la carretera bioceánica por el corazón de esta zona de preservación ecológica.

El conflicto sucitado abrió cuestionamientos centrales en la conciencia de las bolivianas y bolivianos en temas referidos a: modelo de desarrollo, políticas ambientales, gestión gubernamental, rol de los pueblos indígenas en la construcción del Estado plurinacional y, en el campo político, la emergencia de nuevos liderazgos desde oriente.



Como resultado del conflicto del TIPNIS, mayoritariamente los cruceños tienen la percepción de que el mismo mostró abiertamente errores, contradicciones y debilidades del actual gobierno; y, por otro lado, que fortaleció la conciencia ciudadana regional y nacional acerca de la importancia de los bosques, las áreas protegidas y la naturaleza en general; un tercer elemento, aunque relativamente minoritario, es que el conflicto por la defensa del TIPNIS fortaleció también la unidad de los bolivianos. Por último, bajo la categoría de otras consecuencias, destaca el que el conflicto develó intereses político-partidarios.







Para la gran mayoría de los encuestados, un 69%, la marcha tuvo un efecto importante en las elecciones judiciales de octubre ayudando a incrementar los votos blancos y nulos. Para el 31% restante, mayoritariamente no influyó en nada y sólo para una minoría reducida tuvo una incidencia a favor del voto válido. Se confirma que los sucesos ocurridos durante la VIII Marcha tuvieron un importante impacto en la s elecciones de autoridades del Organo Judicial.









Pese al protagonismo de la VIII Marcha por la Defensa del TIPNIS y al importante rol jugado por el movimiento indígena del oriente boliviano, en la percepción mayoritaria de los habitantes de la capital cruceña esto no se reflejó en la aparición de nuevos liderazgos. Sin embargo, para quienes sí vieron la emergencia de nuevos líderes, fruto de la gesta indígena, un 77% nombró a Justa Cabrera, seguida por Adolfo Chávez.




Si aplicamos este porcentaje al total, tenemos que en Santa Cruz de la Sierra, un 32% de los ciudadanos ve a Justa Cabrera como una dirigente a tomar en cuenta.




A tres años de las elecciones de 2014, ¿qué tan dispuestos están los cruceños a ver candidatos indígenas postulándose a cargos públicos? Una categórica mayoría se manifestó a favor de esta opción. Sin embargo, para casi un tercio esta opción no le resulta convincente. Si cruzamos estos resultados con la variable ingreso, veremos que a menor ingreso, mayor es la predisposición a favor de candidatos indígenas del oriente boliviano.





Pasadas ya semanas del arribo de la VIII Marcha a La Paz y de la firma de la Ley Corta, la sensación mayoritaria entre la población cruceña es que el gobierno no honrará lo acordado y que continuará con una actitud confrontadora. Sólo un 18% considera que el gobierno procede con sinceridad y que hará valer los acuerdos a los que llegaron.





Por último y con relación a lo mediático, a los alcances de los medios y el tipo de conexión que sostuvo la población con el tema del TIPNIS, se observa que la televisión fue el medio de comunicación masiva al que más acudió la ciudadanía para hacer seguimiento diario al desarrollo del conflicto, seguida ésta por la prensa escrita, la radio y las redes sociales. Destaca, obviamente, el creciente impacto que tienen los medios digitales en la información y formación de la opinión pública.













¿Se están forjando nuevos liderazgos en la región? A partir de la Marcha por la Defensa del TIPNIS, el protagonismo del movimiento indígena de tierras bajas parece haber propuesto nuevas alternativas a nivel de actores políticos de extracción indígena en las mentes de un 42% de los cruceños.










CONCLUSIONES


- El ciudadano cruceño, en su relación con el medioambiente, se reconoce como parte de la generación de la problemática pero también como actor capaz de apoyar las soluciones necesarias.

- La mayoria de los cruceños cree que el modelo de desarrollo productivo debe ajustarse y mejorar el desempeño de sus actores para garantizar su sosteniblidad a mediano y largo plazo.

- El tema de mayor preocupación medioambiental en la capital cruceña es la suciedad. La situación de los canales de drenaje, el aseo en los mercados y el recojo de basura son las aristas más visibles de esta compleja problemática.

- Existe la noción, suficientemente asentada en la conciencia ciudadana, de que el cuidado del entorno ambiental es un trabajo de todos. Sin embargo, los actores que se percibe tienen una mayor responsabilidad son los diversos sectores productivos y cada uno de los niveles estatales.



- El Estado es percibido como el garante del cumplimiento de las leyes que protegen al medioambiente. Por lo tanto, desde cada uno de sus niveles debe de buscar los equilibrios necesarios que permitan la existencia de un modelo de desarrollo que logre asegurar su sostenibilidad y la preservación de los ecosistemas.


- El conflicto por el TIPNIS manifestó un gran número de contradicciones al interior del bloque histórico y del proceso político que empezó en 2001 y por el que nuestro país transita hasta el presente. Cuestiona medularmente el discurso del partido de gobierno y reacomoda los referentes ideológicos a lo largo de la totalidad del campo político boliviano.

- De aquí en adelante el impacto ambiental de las políticas públicas y emprendimientos privados, sera un tema que no podrá dejarse de lado del debate político y económico del país y del departamento.

- El movimiento indígena de tierras bajas emerge como un actor autónomo y se convierte en un protagonista ineludible del futuro político de Bolivia.