Economía Política del modelo económico cruceño


Por: Edgar Rau
Docente de Economía Política e Investigador del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales - IIIES-JOM


Urge repensar el modelo económico cruceño desde una visión crítica-propositiva y multidimensional1. El actual modelo, desde sus inicios hasta hoy, sigue la tradición nacional y latinoamericana del patrón primario exportador. El modelo no nace con una visión industrial y no logra hacer efectiva su transición. Este problema histórico-estructural tiene como principales fuerzas generadoras las siguientes:

a) La entrada de Santa Cruz a la modernidad capitalista (pos-guerra), se realiza bajo la influencia del pensamiento económico liberal-clásico.


b) Los cambios paradigmáticos orientados a lo social, han sido y siguen siendo, muy resistidos por las élites. 

c) Las influencias socioculturales siguen la tradición productiva bajo los esquemas de la hacienda productiva en el campo, el comercio urbano y el intercambio externo.

d) Las élites cruceñas se subordinaron a las élites centrales. No fueron creativas en el direccionamiento del desarrollo. Al contrario, se ensamblaron bajo la lógica de compartir el poder político, con periodos de enfrentamientos regional-nacional, provocados por la desatención de las demandas departamentales coyunturales.


Por lo tanto, el liderazgo público y privado falla en la no concepción del desarrollo industrial y en la subordinación de sus élites así como en la insistencia de explicar los problemas regionales a partir del centralismo descuidando una mirada interna necesariamente autocrítica.

La formación de la burguesía cruceña es tardía, burocrática y dependiente del pensamiento y la conducta de la burguesía transnacional. La burguesía no tiene proyecto de modernización, perdiendo con ello su función histórica en la construcción del desarrollo capitalista.

Debido a las restricciones anteriores, el pensamiento económico y político autónomo en Santa Cruz, no emerge hasta ahora. Sin embargo, Santa Cruz sigue siendo el primer departamento en la contribución del PIB, el de mayor población económicamente activa, el que genera una mayor recaudación tributaria, produce el 72% de los alimentos para todo el país y el que ha mejorado considerablemente sus indicadores de desarrollo humano.


Este privilegio económico —no valorado por la élite política andina— se debe al “estilo cruceño de desarrollo” que está muy asociado a las bondades que ofrece el territorio, a las experiencias empresariales acumuladas, a la dotación de recursos naturales, a su ubicación geoestratégica y la importante presencia de la inversión nacional y extranjera. También está asociado al estilo de vida de los cruceños orientado al consumo (vivir el presente) y la actitud favorables a los cambios tecnológicos y socioculturales.

Asimismo, se observa que el principal desafío a vencer en el modelo económico cruceño viene a ser la exclusión e inequidad de diversos grados, especialmente relacionadas a género, generacional, discapacidad, pueblos originarios, y otros grupos de la población vulnerables o con poca capacidad de acceder a las oportunidades económicas. Este problema social, está asociado al problema del “crecimiento y dinamismo limitados”, muy dependiente del contexto internacional (precios de las materias primas), además de muy dependiente de la agropecuaria y la agroindustria.

Por lo tanto, el modelo económico cruceño debería urgentemente considerar la generación e incorporación del progreso tecno-científico en las actividades productivas y de servicios. Esto como primer paso para la industrialización sostenible y por tanto, gradualmente ir superando las limitaciones cíclicasestructurales del patrón de desarrollo “primario-extractivo-insumista-terciario de desarrollo”, y con ello disponer de la riqueza adecuada para la implementación de una estrategia política de generación de oportunidades económicas, de incorporación de los excluidos y de eliminación de la pobreza.

De esta manera, la dirección de las políticas públicas y el accionar del empresariado departamental, deberían considerar muy seria y urgentemente resolver las restricciones siguientes:

1. Mercado interno estrecho, baja productividad, limitada infraestructura y de economías externas favorables para dinamizar la demanda interna y externa.

2. Pese al crecimiento de las microfinanzas, todavía persisten restricciones en el acceso al crédito y el financiamiento productivo, principalmente para proyectos emprendedores y con orientación popular y solidaria.

3. Escasa integración entre los niveles de decisión política (Gobierno Departamental y Gobiernos Municipales) con las Universidades y centros de investigación, lo que provoca el subdesarrollo tecno científico y, por ende, la inexistente integración de políticas y estrategias —en lo privado y en lo estatal— de investigación + desarrollo + innovación (I+D+I).

4. Ausencia de políticas públicas departamentales orientadas a la vinculación entre la economía moderna y las economías cooperativizadas y comunales.

5. Improvisación en la función pública que sigue un modelo de gestión pública atrasado. El modelo no se reedita en términos de modernidad capitalista —como su rasgo más fuerte— y en términos del pluralismo económico aprobado en la Constitución Política del Estado Plurinacional.


El modelo económico cruceño dispone de un conjunto de potencialidades económicas que podrían actuar como su principal fuerza positiva para la transición del patrón de desarrollo. Tales potencialidades son: recursos naturales renovables, ubicación geográfica, infraestructura vial, corredores de integración, infraestructura ferroviaria, infraestructura fluvial, infraestructura para la producción industrial y facilidades de
servicio, atractivos turísticos y servicios. En este marco, y como un primer paso para la transición histórica es necesaria la integración de los diferentes segmentos de la burguesía departamental en el marco de una estrategia compartida con los trabajadores, el Estado, los profesionales y la dirigencia de la sociedad civil.


Hoy, la fragmentación de la burguesía cruceña es notable debido a los cambios en su composición socioeconómica y, a su vez, en la diversidad de visiones de desarrollo. 

En este sentido ya vemos en Santa Cruz familias tradicionales rentistas cuyo capital proviene de la valorización de propiedades rurales y urbanas motivada por el crecimiento de la ciudad, la construcción de la red caminera departamental y la provisión de servicios públicos; familias tradicionales empresarias que diversifican sus actividades —financieras, productivas y comerciales— acomodándolas a los cambios de demanda del mercado; familias populares modernizadas. 

La nueva burguesía asociada al poder político, conocidos como “nuevos ricos”, cuyo poder deriva de una relación clientelar con los gobiernos centrales y locales. Burguesía inmigrante, procedentes del interior del país, Europa y Medio Oriente, que se dedican principalmente a actividades agroindustriales y comerciales; y profesionales locales o inmigrantes. (Prado: 2007.)


Conclusiones preliminares

Por lo tanto, y en términos de conclusiones preliminares, es necesario redireccionar el patrón de desarrollo con enfoque en la industrialización sostenible, en la economía plural y en la inserción competitiva-solidaria como punto de partida para el cambio del modelo económico cruceño de desarrollo. Para ello es necesario rediseñar las políticas públicas a partir de teorías económicas y sociales que combinen producción del excedente económico con distribución bajo criterios de inclusión, oportunidad y solidaridad. En este marco, se proponen los siguiente puntos para su posible consideración en una agenda económica para Santa Cruz.:


- Incorporar sistemas de reciprocidad y de relación de intercambio económico entre el sector moderno capitalista con sectores de economía popular, solidaria y comunitaria; sin descuidar la economía informal.

- Aplicar políticas impositivas progresivas en el marco de las competencias autonómicas para fortalecer la gestión departamental en términos fiscales.

- Promover la más amplia y moderna formación de recursos humanos técnicos, profesionales y especialistas; que implique el mejoramiento de los ingresos corrientes por familias.

- Promover proyectos para el desarrollo subregional (municipios, provincias, mancomunidades) con énfasis en el modelo de desarrollo humano sustentable, y en el marco de las potencialidades existentes en cada subregión.

- Promover proyectos industriales y productivos binacionales en frontera, como primer paso para la efectiva
y solidaria integración a los países y mercados vecinos.

- Modernizar la administración pública departamental y municipal, a partir del servicio civil, del gobierno electrónico y del control ciudadano.