Rose Marie Sandóval Farfán: Asambleísta departamental



M21. ¿Cómo conceptualizas tu pensamiento político?
RMS. Yo me veo una persona… es muy difícil hablar de izquierdas o derechas,  es una lectura diferente hoy por hoy, yo creo que hace unos 15 años te diría con firmeza que soy una persona de izquierda porque el discurso era ese en ese tiempo , pero hoy me constituyo ideológicamente como una  socialdemócrata socialista. Eso nace y se hace; es un tema de educación y familia, de cómo te educan, de tus raíces; también es un poco resultado de algunas contradicciones: me he formado en un colegio alemán que en un momento dado, pese a que le tengo mucho cariño, lo conceptualizaba como un colegio racista –definitivamente. Tal habrá sido el efecto... Mi madre estudió en el Colegio Alemán; cuando yo tuve a mis hijos no quería saber de que estudiaran ahí.
He sido dirigente estudiantil y dirigente universitaria (y de formación rígida en este momento), pero he sido muy afín al partido socialista en los últimos años de colegio. El hecho de que Marcelo Quiroga Santa Cruz nos haya dejado marcó una llaga... de ahí viene el que a veces uno radicaliza sus posiciones; era un momento de mucha fuerza del Partido Obrero Revolucionario. Nunca comulgué con el trotskismo, pero siempre le reconocí una formación ideológica. En ese entonces, estuve en muchos debates y, bueno... ahí nace el tema, es como uno va interpretando a su país y vas avanzando. Cuando recuerdas que muchos de tus compañeros optaron en ese entonces por la radicalidad, y luego ves, entiendes que la conquista de la democracia fue un momento que te cambió completamente los esquemas... entonces   dices no: aquí avanzamos y defendemos la democracia. Algunos seguramente hemos sido cuestionados por ser medio amarillos (en el lenguaje que ocupábamos antes) pero para mí era fundamental defender la democracia. Y aquí me tienes, en este afán de democracia, de libertad, defendiendo lo que son las autonomías, el concepto que uno mismo tiene de autonomía... y yo creo que es el sentimiento de la mayoría, que es vivir en armonía y vivir mejor.
M21. Ahora... ¿cuáles son tus lecturas o libros relacionados con política que consideras centrales?  
RMS. Tendríamos que fusionar un poco. Libros de lectura política nacional con libros de historia y con la literatura como tal. Algo que ha marcado una primera etapa de mi vida fue Gabriél García Márquez, (amado Gabo) a tal extremo que me fui hasta la Isla de la Juventud en Cuba sólo para sentirlo y escucharlo... además le hace a lo que mi carrera es –comunicación social– y ha marcado un hito, una etapa de mi vida de formación... así como Ernesto Sábato también. Históricamente...todo lo que ha sido el Movimiento Nacionalista Revolucionario. Va madurando una interpretación, lo que no logro finalmente comprender… si bien en un momento dado está la protesta, las marchas de los compañeros de las minas (porque he tenido que trabajar con jóvenes y mujeres de las minas) y me toca el cerco de rechazo y oposición a lo que era el MNR como tal... era como un enemigo. Esto de procesar y debatir te ayuda a formarte un criterio, pretender ser un poco más útil; es por eso que le dedico mucho tiempo a la lectura del MNR, venga de quien venga. En ese punto se reconoce muchas cosas, logras entender que uno no puede actuar simplemente por oposición... si no que evidentemente hay una historia: la de un país que no está plenamente articulado y que el MNR cumple un rol importante en momentos históricos del país. Por otra parte, invertí mucho tiempo a leer sobre seguridad alimentaria porque eso era un hilo transversal que le permitía a Santa Cruz ser la locomotora de Bolivia. 
M21. ¿Cómo crees que esta el pensamiento político aquí en Santa Cruz?
RMS. Por un lado lo veo débil, pero por otro lo veo a la expectativa de un enfoque; es decir, dispuesto a salir. Creo que nos sigue faltando aprender a debatir. Llegar a un debate ideológico, político y poder hacerlo. Tenemos una oposición que no termina de articularse...  Creo que tenemos un déficit como Santa Cruz, como Bolivia. Déficit en las propuestas en lo que hace al componente indígena, en lo que hace a la mujer en general y a la mujer que ingrese a actuar en espacios con poderes de decisión. Encuentro fragilidad en ese debate, eso impide que se puedan articular esos temas, porque todavía siento en algunos sectores una gran resistencia a comprender a Bolivia como tal. Creo que en un momento dado, ese en el que comienza una nueva lucha por las autonomías (porque he sido una de sus impulsoras), esa lucha la empezamos mal por no tener una apropiada lectura de país... también creo que debemos darnos cuenta que tenemos una deuda con la población. Tenemos que hacer un análisis de componentes diversos, trabajar con el componente de la inmigración... y eso no le gusta a mucha gente. Tal vez también nos falta una mejor planificación en lo que hace a la concentración de la población en un solo municipio. Finalmente y por otro lado, está la mentalidad del cruceño que dice: “¡vamos!, le metemos, vamos pa’ adelante”. Eso no hay en otros departamentos y ese es un capital que hace la diferencia. Debemos sabernos lindos como somos y mirarnos de frente para saber inyectar lo que necesita el país. M