El Tipnis: Radiografia del Proceso de cambio


Por: Gustavo Pedraza
El autor es Director regional de la fBDM en Santa Cruz

La VIII Marcha Indígena, el acuerdo sobre la Ley 180 de protección al TIPNIS y su ciclo posterior de incumplimientos y nuevos ataques por parte del gobierno, evidencian que este conflicto constituye la mejor radiografía del denominado proceso de cambio y su conducción. Esto es así porque ha develado con suficiente claridad los siguientes puntos:

• El gobierno actual no está implementando un modelo de desarrollo coherente con su discurso político. La propuesta de un socialismo andino-amazónico resultó ser tan sólo una construcción semántica y el capitalismo, con impulso estatal, es el único modelo de economía que rige bajo la gestión de Evo Morales y el MAS.

• Se confirman las serias limitaciones que tienen el líder del MAS y su entorno en la conducción política. La cadena de errores en la gestión del conflicto muestran con contundencia las fallas en la administración del poder y cómo éstas afectan cada vez más al denominado proceso de cambio.

• El Estado Plurinacional existe sólo en la letra de la nueva Constitución Política del Estado y aún no se han sentado las bases reales para su construcción.

• Los pueblos indígenas del Oriente, Chaco y Amazonia han sido excluidos de la gestión del poder de un proceso político al cual le dieron inicio y sustento.

• El poderoso argumento de respeto a la Madre Tierra y defensa del medioambiente dejó de ser una bandera legítima del actual gobierno y del MAS; Evo Morales se sinceró mostrándose como realmente es. En la práctica, el gobierno mantiene la visión clásica de las formas de aprovechar los recursos naturales y construir infraestructura carretera.

• El gobierno se muestra con serias desviaciones hacia el uso represivo de la fuerza contra los más humildes ciudadanos, contra quienes le interpelan. Se compromete para no cumplir y es fácilmente permeable a las presiones de su núcleo de poder político situado en el Chapare.

Impactos políticos

La Marcha Indígena logró una victoria contundente que se expresó en la promulgación de la Ley 180 de protección al TIPNIS. Éste instrumento jurídico resguarda al Isiboro-Sécure y lo protege de la construcción de cualquier carretera por su territorio, ahora y en el futuro; pese a las dificultades interpretativas del concepto de intangibilidad, es un considerable logro.

Después de la VIII Marcha, durante las negociaciones para la reglamentación de la Ley 180, el quiebre que se dio entre indígenas del oriente y el MAS continúa. Todo hace ver que se trata de una escisión estructural. Hasta el cierre de la redacción de la presente nota, el gobierno continuaba dilatando la promulgación del decreto que ponga en vigencia la reglamentación a la norma que protege al TIPNIS; pese a existir ya una redacción consensuada e incluso un acta firmada entre las partes. Al parecer, el oficialismo intentará alargar esta situación hasta llegar a la reunión que tiene convocada en diciembre, donde buscará de establecer una nueva agenda. De ser ese el caso, en ese evento se podría dar un intento por legitimar un cambio de posición respecto al TIPNIS que sea contrario a todo lo acordado hasta el presente.

La ruptura que se viene dando durante el último tiempo entre los indígenas de tierras bajas y el gobierno constituye un punto de quiebre en la construcción del Estado plurinacional. Es muy difícil llevar adelante este proceso si treinta y cuatro de las treinta y seis naciones reconocidas constitucionalmente no son parte del mismo desde adentro. Pero, además, al quedar en entredicho, como banderas legítimas del partido de gobierno, la inclusión indígena y la defensa de la Madre Tierra, toda la construcción simbólica y discursiva del MAS y que sustentó al liderazgo de Evo Morales, se vienen abajo. El significativo carácter originario del presidente del Estado plurinacional queda irreparablemente maltrecho y va camino a colapsar en caso de que se insista en cometer los errores que ya se dieron en el manejo de éste conflicto.

El apoyo ciudadano a la VIII Marcha Indígena muestra que la sociedad boliviana está buscando una nueva forma de convivencia; está demandando un nuevo estilo de gobierno que respete y proteja los derechos; que gobierne para todo el país -sin exclusiones- y que cumpla con la CPE y su programa de gobierno. Los indígenas de oriente por ahora representan el poderoso símbolo de una nueva forma de actuar en el campo político. El Patujú emergió con fuerza, disputándole espacio a la Whipala.




La contraofensiva del MAS

El gobierno y las bases del MAS no han abandonado su objetivo de lograr la construcción de la carretera por el TIPNIS. Actualmente se ve que el oficialismo,
junto a cocaleros y campesinos del trópico cochabambino, están rearticulando sus tácticas. El despliegue del aparato gubernamental es vasto: presidente, vicepresidente, equipos de ministros, medios de comunicación oficiales, técnicos y otros operan desde diversos ángulos intentando reposicionar el tema. La dilación del MAS al no promulgar la reglamentación a la Ley 180 y el hecho de que se apunte a una nueva medición de fuerzas en ocasión del diálogo convocado para diciembre en Cochabamba, apuntan a demostrar que el partido de gobierno mantiene intacta la intención de salirse con la suya en este asunto. Sin embargo, la legitimidad lograda por el movimiento indígena a lo largo de la VIII Marcha, le ha permitido ganar un importante apoyo ciudadano nacional e internacional que le pone contrapeso al poder del Estado. Esto le dificultará el camino a Evo Morales en su determinación; la misma que, aparentemente, tiene que ver con su estilo de caudillo irrebatible. La batalla estratégica que se está librando en el campo simbólico, ideológico y político tiene grandes asimetrías. Los indígenas de tierras bajas no cuentan con el despliegue de recursos que dispone el gobierno. Éste, por su lado, aunque lograse consolidar a su favor la lealtad de sus mayorías cuantitativas, pierde cualitativamente al aliado que le dio sustento a su rostro plurinacional, inclusivo, originario y protector de la Madre Tierra.


El futuro del TIPNIS y el Proceso de Cambio

El TIPNIS aparece como una sombra sobre la figura de Evo Morales durante 2012. Ni la VIII Marcha, ni tampoco la Ley 180, por lo visto hasta ahora, han sido suficientes para persuadir al gobierno de cejar en sus intenciones y resolver este conflicto con sinceridad. El encuentro convocado por el gobierno en diciembre, apunta a ser el espacio desde el cual se intentará legitimar la contraofensiva del gobierno, del MAS y de sus bases cocaleras y campesinas; éstas últimas en su calidad de principales interesadas en el conflicto. Sin embargo, pese a lo que se decida en ese cónclave social del MAS, el conflicto por el TIPNIS tendrá todavía mucho tiempo de vida; posiblemente el mismo que tenga el gobierno en el poder, pues encarna la naturaleza misma del denominado proceso de cambio. La paradoja que nos toca vivir a los bolivianos hoy en día es que quienes fueron los precursores de las transformaciones que vive el país se constituyen hoy en víctimas y tienen como sus verdugos a quienes detentan temporalmente el poder. Las ruedas de la historia siguen girando y quienes antes fueron los excluidos, hoy lo siguen siendo; con la diferencia de que ahora es uno de sus iguales quien les niega sus derechos y arremete en su contra.