Por: José A. Martínez Montaño
José Mirtenbaum Kniebel fue un notable académico, analista político, pensador, padre, esposo, profesor y un gran amigo. Él solía decir de sí mismo que era un “aymara–judío”. Es difícil retratarlo en todas sus facetas, así que aquí me referiré sobre todo al amante de la vida que no pudo vencer la muerte y que trascendió a ella.
Semblanza de José Mirtenbaum Kniebel
Nació en La Paz el 15 de enero de 1948, falleció el 19 de septiembre de 2011. Sesenta y tres años vividos a plenitud. Estudió en el Colegio Boliviano Israelita en su ciudad natal. Hizo una licenciatura en Psicología y una maestría en Sociología en la Universidad Estatal de California en los Estados Unidos y en 1977 fue docente de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) de La Paz.
En los ´80 tuvo que salir de Bolivia; esta vez por motivos políticos. Fue militante y colaborador del partido de Marcelo Quiroga Santa Cruz (PS-1), motivo por el cual Luis García Meza lo tachó de “bolchevique muy peligroso”. A este periodo Mirtenbaum lo llamó “Universidad del Exilio”. Fue candidato a Doctor en Antropología Cultural con su tesis “Historia Social de la Coca”, por la Universidad “The New School for Social Research” en Nueva York.
Restaurada la democracia, vivió en La Paz. Fue asesor de la COB cuando comenzaba a gestarse el Decreto Nº 21060. En esta época conoció a Filemón Escobar, a quién consideraba como uno de los profesores más interesantes que tuvo en su vida política. Desarrolló la teoría de “coca no es cocaína”, etapa en la que conoció a Evo Morales.
Vida universitaria
—“¿Sí… Escuelita de postgrado?” Así solía contestar al teléfono cuando cumplía funciones de Director de la Escuela de Postgrado de la UAGRM. Yosi ejerció varias funciones en distintos niveles de la universidad y siempre fue requerido y considerado por las distintas autoridades universitarias. Sin duda, la Carrera de Sociología, en la que ejerció la docencia desde su fundación, fue entre todas las actividades que realizaba, su preferida y a ella le dedicó buena parte de su vida. Estudiantes y docentes lo llamábamos cariñosamente “Mirten”. Muchos estudiantes añorarán sus clases de sociología, sus pláticas de sexualidad —un tema tabú tratado sin ambages ni hipocresías— al igual que las problemáticas sociales y políticas de la región y Bolivia.
Durante los últimos años estuvo retraído por su salud (no era para menos, con tres preinfartos en la cuenta). Sin embargo entre la vida hogareña, el Tai Chi, sus planes para darse un año sabático para dedicarse a escribir, y algunas otras búsquedas de vida trascendental; estuvo siempre atento a la situación del país. En vida, algunos de sus escritos y publicaciones principales fueron: “Reflexiones sobre el concepto de Desarrollo Sostenible y sus paradojas en una época de reformas liberales: el caso Boliviano”, “Sexualidad, sociedad y ETS”, “Coca no es cocaína”, “¿Es verdad que el narcotráfico es un flagelo para el neoliberalismo?”; además, participó como ponente en innumerables seminarios nacionales e internacionales.
Analista y favorito de los medios en Santa Cruz
Así recordaran a José Mirtenbaum por sus intervenciones en distintos programas televisivos de análisis, comentario y noticieros. Eran frecuentes las visitas de miembros de la prensa a la carrera de sociología de la UAGRAM después de cada “problema social”. La opinión de ‘Mirten’ era infaltable en los últimos años y despertaba encuentros como desencuentros en la opinión pública y las autoridades.
Yosi casi siempre estuvo junto a Filemón Escobar. Acompañó a Evo Morales cuando dirigente cocalero a foros internacionales. En ese entonces era natural que fuera uno de sus asesores principales; esto, hasta la ruptura de Evo Morales con el mismo Filemón Escobar. Esta proximidad y sus conocimientos profundos sobre comportamientos sociales e individuales, más sus cualidades de analista, le permitían opiniones fundadas sobre la política y los políticos gobernantes. Solía decir: “Evo Morales era un animal político por excelencia. Respira y vive para la política. Persona inteligente, intuitivo, pragmático y plebiscitario como todo caudillo”.
Pues bien, así como en los campos de la física, de la química y de la política nada se pierde, todo se transforma, Yosi, al alejarse de los movimientos sociales hegemónicos —pese a ser uno de sus mentores—, pasó a ser uno de sus mayores críticos porque conocía de cerca las particularidades de Morales y García Linera —sus formas de pensar y actuar—, fue mordaz con el esquema gubernamental de Morales y su entorno palaciego (a quienes llamaba “mencheviques atrapados en el centralismo democrático y en las alabanzas al jefecito”); estas críticas, en la práctica, se convirtieron en caja de resonancia para los ‘opositores’ incapaces de generar sus propias ideas. Yosi vivió a su manera, consecuente con sus ideas, convencido de aquellos cambios dados en el país —de los que de algún modo fue parte—.
La vida le fue más efímera y sus transgresiones no pudieron sobreponerse a ella; pero sus pensamientos quedan entre nosotros para buscar nuevos rumbos, donde las personas, independientemente de sus condiciones culturales y sociales, vivan y amen la vida.
Amigo… hasta siempre.